Ftalatos en fragancias: riesgos y cómo evitarlos

Te platicamos cómo los ftalatos, usados como fijadores y plastificantes en perfumes y productos de cuidado personal, interactúan con nuestro sistema endócrino, los riesgos asociados a su exposición continua y las estrategias más eficaces para minimizar su presencia en nuestra rutina diaria.

Texto por: Julio GB.   Tiempo de lectura: 4 min.

El aroma tiene un rol muy importante en nuestra vida cotidiana. Un delicioso olor puede tener un efecto calmante y energizante, mientras que un olor desagradable puede provocar incomodidad y ansiedad. Los primeros vestigios del uso de perfume se remontan al antiguo Egipto, en donde se empleaban gomas, hierbas y resinas como compuestos aromáticos para diferentes ritos religiosos. Actualmente, las fragancias juegan un rol muy importante en los productos de consumo y se encuentran en infinidad de industrias. 

Los ftalatos se han empleado como vehículo y aditivo de perfumes y fragancias para la industria cosmética y de cuidado personal desde 1930 a nivel mundial. Ya que su uso es extendido, recientemente ha levantado cierta controversia entre la población susceptible a sus posibles efectos a largo plazo. Su nivel de uso como vehículo supone altos niveles de monoéster ftalato como metabolito en la orina, indicando que el compuesto formó parte del metabolismo y por ende, tuvo interacciones en el sistema endócrino. En este artículo, revisaremos qué son los ftalatos, los mecanismos mediante los cuáles entran al cuerpo humano, sus riesgos y cómo evitarlos en la medida de lo posible.

¿Qué es una fragancia?

Una fragancia es una sustancia o una mezcla de sustancias aromáticas que están presentes de forma natural en algunas plantas, flores, resinas y frutas. En la industria de productos de consumo podemos encontrar infinidad de fragancias añadidas, tanto a productos químicos como a alimentos. Las fragancias se dividen en dos grandes grupos: naturales y sintéticas. 

Dentro de las fragancias naturales, podemos encontrar las que, como se mencionó anteriormente, pertenecen a plantas, flores, etc (compuestos aromáticos volátiles) y las derivadas del almizcle. El almizcle es una sustancia que proviene de las glándulas de algunos ciervos y se caracteriza por tener un olor penetrante, cálido y terroso. Históricamente, las secreciones de las glándulas de estos animales se ponían a secar antes de abrirlas para obtener el polvo de almizcle, el cuál posteriormente se diluía en un aceite portador. Cabe destacar que actualmente, el uso del almizcle ha ido a la baja ya que su obtención no es éticamente aceptable debido a la crueldad animal. 

Los compuestos aromáticos volátiles están conformados por mezclas complejas de diversas sustancias como geraniol, linalool, limoneno, alfa pineno, beta pineno y etanol, por mencionar algunas. 

El otro grupo de fragancias son las sintéticas (hechas por el ser humano), las cuáles se caracterizan por obtenerse mediante reacciones químicas a nivel industrial, lo cuál produce compuestos con bajo costo de producción y calidad reproducible, no así como las fragancias naturales, que pueden tener variaciones normales debido al origen de la materia prima.

Es en este grupo en donde encontramos a los ftalatos como aditivos para prolongar la duración de las fragancias disminuyendo su tasa de evaporación. Los más empleados son el dietil ftalato, dibutil ftalato, dimetil ftalato y diisobutil ftalato.

¿Qué son los ftalatos?

Los ftalatos son una serie de compuestos químicos mayormente empleados como plastificantes al añadirse al policloruro de vinilo (PVC) con el objeto de suavizar el producto resultante de esa mezcla de plástico (Wang, 2021). Pueden encontrarse en ropa sintética, envases primarios y diversos productos de plásticos usados en la vida cotidiana. 

Los compuestos más preocupantes, que han recibido notoriedad los últimos años son los ftalatos, el bisfenol A (BPA) y el bifenilo policlorado (PCB), ya que se ha encontrado que son disruptores endócrinos (EDC, por sus siglas en inglés). Esto implica que afectan la actividad normal de las hormonas en el sistema endócrino. 

Los ftalatos más comunes en la industria cosmética, sobretodo en perfumes y esmaltes para uñas son el monobutil ftalato (MBP), monoetil ftalato (MEP), mono-2-etilhexil ftalato (MEHP), dibutil ftalato (DBP), dietil ftalato (DEP) y bis-2-etilhexil ftalato (DEHP). 

Los ftalatos son disruptores endocrinos estrogénicos, antiandrogénicos y antitiroideos. Según algunos estudios, los ftalatos se asocian con una disminución de la función tiroidea y de la hormona reproductiva en la población general y en mujeres embarazadas (Huang, 2017).

Funciones de los ftalatos en cosmética

La mayoría de los productos cosméticos y de cuidado personal contienen fragancias. Los ftalatos cumplen con las siguientes funciones principales en este tipo de productos: 

  1. Fijadores de fragancia: Mejoran la estabilidad y duración del aroma.
  2. Flexibilidad: para evitar el quiebre en esmaltes.
  3. Solventes de ingredientes para lacas capilares y preparaciones de uñas.
  4. Mejorar la experiencia sensorial de algunos productos que se aplican sobre la piel.

La definición de la Ley General de Salud de México define a un un cosmético como una sustancia o formulación destinada a ser puesta en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano: epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos, o con los dientes y mucosas bucales con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, ayudar a modificar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado o corregir los olores corporales o atenuar o prevenir deficiencias o alteraciones en el funcionamiento de la piel sana.

Tomando esto en cuenta, es claro que el potencial ingreso de diferentes tipos de ftalatos al cuerpo se da por el uso cotidiano de productos básicos, ya que contienen ftalatos como componentes de las fragancias o como parte de sus ingredientes principales.

De acuerdo a Wang et al (2021), los ftalatos pueden entrar en contacto con el cuerpo humano no sólo por aplicación dérmica (como en el caso de cosméticos) sino por ingestión e inhalación. Se ha descubierto que algunos productos lácteos, pescados, mariscos y aceites contienen altos niveles de ftalatos. Los bebés están expuestos a los ftalatos al beber leche materna (cuando sus madres están constantemente expuestas a éstos) así como al chupar y jugar con juguetes que los contienen. También se ha descubierto que los ftalatos atraviesan la barrera hematoencefálica, que es la principal vía de exposición del feto. 

Efectos de los ftalatos sobre la salud

El metabolismo de los ftalatos en el cuerpo humano es bastante rápido ya que su vida media biológica es de 12 horas. Los ftalatos de cadena corta son excretados principalmente por la orina y los de cadena larga, después de haber pasado por más procesos en el cuerpo, son excretados tanto por la orina y las heces. El uso continuo provoca acumulación dentro del cuerpo y favorece que el sistema endócrino se afecte progresivamente. 

El sistema endócrino se conforma por una red de hormonas, glándulas que producen hormonas y receptores hormonales. Las hormonas son sustancias químicas que envían mensajes a diferentes tipos de células para que realicen una o varias funciones específicas como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, la reproducción, el sueño, el estrés o la respuesta inmune. 

Los ftalatos pueden incidir sobre el comportamiento de algunas hormonas, por ejemplo, favoreciendo que una hormona sea secretada en demasía mientras decrece la producción de otra, interfiriendo con las señales normales que reciben los receptores hormonales. 

Algunos de los problemas de salud relacionados a los ftalatos son cambios en la fertilidad, riesgo de peso bajo en recién nacidos, obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y respiratorios, alergias, algunos tipos de cáncer y problemas neuronales o de comportamiento. 

La exposición a los ftalatos se ha relacionado recientemente con mayor riesgo a contraer cáncer de seno e infertilidad en mujeres, de acuerdo a un estudio efectuado en 325 mujeres. 

De acuerdo a un estudio en 2021 del American Journal of Public Health, la exposición prenatal a los ftalatos puede conducir a trastornos del aprendizaje, atención y comportamiento de los niños. 

Otro estudio de 2021 mostró una posible relación entre la exposición infantil a ftalatos y un mayor riesgo de desarrollo de cáncer en los huesos. El estudio halló una asociación positiva entre la exposición a algunos ftalatos durante la infancia y el osteosarcoma, un tipo de cáncer en los huesos con una tasa de mortalidad del 20 al 40%. 

¿Cómo evitar los ftalatos?

La realidad es que es prácticamente imposible evitar los ftalatos ya que forman parte de un sinnúmero de productos con los que convivimos diariamente como los tableros de los automóviles, pañales, toallas femeninas, adhesivos, empaques de alimentos, suelos de vinilo y otros materiales de construcción que forman parte de nuestro hogar o de nuestro lugar de trabajo. 

Lo que puede hacerse para disminuir sus efectos contra la salud es limitar el contacto con algunos productos para reducir la exposición constante:

  1. Esmalte de uñas: El dibutil ftalato es usado a menudo en este tipo de productos. En la etiqueta debe estar marcado como DBP o DBF. Evítalo.
  2. Fragancias en general: Evita productos en donde únicamente se señale la fragancia como “fragancia”, ya que normalmente los ftalatos forman parte de ésta. Elige productos en donde sean claros los ingredientes que conforman las fragancias.
  3. Plásticos de cocina: Los ftalatos están presentes en numerosos utensilios de cocina de plástico, como los recipientes para conservar alimentos. Al calentarse, es más fácil que estos compuestos migren al interior de los alimentos, por lo que se recomienda no usar el microondas para calentar plásticos ni almacenar alimentos en ellos siempre que sea posible.
  4. Juguetes de PVC (vinilo): Ciertos ftalatos actúan como ablandadores. Para reducir la exposición en los niños, elige juguetes de madera u otros materiales libres de vinilo.
  5. Pinturas de manualidades: Algunas emplean ftalatos como disolventes. Úsalas en espacios bien ventilados y consulta al fabricante si la fórmula incluye estos compuestos.
  6. Artículos del hogar: El vinilo no solo está en los juguetes infantiles, sino también en artículos como muebles de exterior, mangueras, materiales de construcción (suelos, cortinas de baño) y prendas. Además de optar por alternativas sin vinilo, un cambio sencillo es sustituir la cortina de ducha por una libre de este material.
  7. Ambientadores: La mayoría de los ambientadores contienen ftalatos. Evitarlos es una forma eficaz de reducir esta fuente de exposición. Lee la etiqueta de los ingredientes.

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